Autor: Alejandro González
LinkedInConflictos organizacionales: clasificación por actores involucrados
Cuando hablamos de conflictos organizacionales, muchas veces tendemos a asociarlos con algo negativo, problemático o indeseable. Sin embargo, esta visión puede ser limitada o errónea, ya que los conflictos son una parte inevitable e inherente al comportamiento humano, especialmente cuando se desarrolla en un contexto social como el de una empresa.
Los conflictos pueden surgir en cualquier momento y nivel de los procesos organizacionales, y no siempre implican una amenaza o un obstáculo para el logro de los objetivos.
Al contrario, los conflictos pueden representar una oportunidad para mejorar, innovar, aprender y crecer, siempre y cuando se gestionen de forma adecuada y constructiva.
En este artículo, vamos a explorar el concepto de conflicto organizacional, sus tipos, causas y consecuencias, así como algunas estrategias para resolverlo de manera efectiva y positiva.
Esperamos que este texto te sea de utilidad para comprender mejor la naturaleza y el alcance de los conflictos en el ámbito laboral, y para aplicar las herramientas necesarias para transformarlos en fuentes de desarrollo y crecimiento personal y profesional.
¿Qué es un conflicto organizacional?
Podemos definir el conflicto organizacional como la contraposición de intereses, metodologías, valores, opiniones, expectativas o percepciones entre dos o más partes (individuos, grupos o áreas) dentro de una empresa, sobre un mismo asunto, objetivo o perspectiva.
Esta situación genera tensión, desacuerdo, confrontación o resistencia, que puede afectar el desempeño, la comunicación, la cooperación o la satisfacción de los involucrados. Pero que, siendo bien administrados, puede representar una oportunidad de mejora y aprendizaje.
El conflicto organizacional puede tener diversas causas, como, por ejemplo:
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La escasez o el mal uso de los recursos disponibles (materiales, financieros, humanos, etc.)
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La falta de claridad o consenso sobre las metas, las funciones, las responsabilidades o las normas de cada parte.
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La competencia o rivalidad entre las partes por obtener reconocimiento, poder, prestigio o recompensas.
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Las diferencias individuales o grupales en cuanto a personalidad, valores, actitudes, creencias, estilos de trabajo o preferencias.
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Los cambios internos o externos que afectan a la estructura, la cultura, los procesos o el entorno de la organización.
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Los problemas de comunicación, como la falta, el exceso, la distorsión o la ambigüedad de la información.
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Los conflictos personales, familiares o sociales que se trasladan al ámbito laboral.
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Y el más común de todos, los problemas de comunicación.
El conflicto organizacional puede tener diversas consecuencias, tanto positivas como negativas, dependiendo de cómo se maneje y se resuelva. Algunas de las consecuencias positivas pueden ser:
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La generación de nuevas ideas, soluciones, alternativas o propuestas que enriquecen la creatividad y la innovación de la organización.
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La mejora de la calidad, la eficiencia, la productividad o la rentabilidad de los procesos, los productos o los servicios de la organización.
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La identificación y el análisis de los problemas, las debilidades, las amenazas o las oportunidades de mejora de la organización.
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El fortalecimiento de la cohesión, la confianza, el compromiso, la motivación o la satisfacción de las partes involucradas.
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El desarrollo de habilidades, competencias, conocimientos o actitudes de las partes involucradas, como la comunicación, la negociación, la colaboración, la empatía o la tolerancia.
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El aumento de la diversidad, la pluralidad, la democracia o la participación de las partes involucradas en la toma de decisiones de la organización.
Algunas de las consecuencias negativas pueden ser:
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La generación de estrés, ansiedad, frustración, hostilidad, agresividad o violencia entre las partes involucradas.
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La disminución de la calidad, la eficiencia, la productividad o la rentabilidad de los procesos, los productos o los servicios de la organización.
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La aparición o el incremento de los errores, los retrasos, los desperdicios, los costos o las pérdidas de la organización.
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El deterioro o la ruptura de la comunicación, la cooperación, la coordinación o la integración de las partes involucradas.
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La reducción o la desaparición del compromiso, la motivación, la satisfacción o el bienestar de las partes involucradas.
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La fuga, el ausentismo, la rotación o el despido de personal calificado o valioso para la organización.
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El daño o la pérdida de la imagen, la reputación, la credibilidad o la competitividad de la organización.
Tipos de conflictos organizacionales según los actores involucrados
Los conflictos organizacionales pueden clasificarse según diferentes criterios, como el nivel, el origen, la intensidad, la duración o el resultado. A continuación, presentamos una clasificación basada en el nivel o el ámbito en el que se producen los conflictos, y que distingue cuatro tipos principales:
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1. Conflictos intrapersonales
Son los conflictos que se originan dentro de una persona, cuando ésta experimenta un dilema, una contradicción, una incoherencia o una insatisfacción entre sus valores, intereses, necesidades, objetivos o expectativas, y la situación que enfrenta. Estos conflictos pueden surgir por diferentes motivos, como, por ejemplo:
- Cuando una persona se ve en la necesidad de elegir entre dos o más situaciones que confrontan sus valores o intereses.
- Por cuestiones emocionales o psicológicas que proyecta en entornos laborales.
- Cuando el perfil de la persona no es compatible con el perfil requerido para el puesto. Esto a veces por un mal procesos de descripción o atracción de talento.
- Cuando las competencias de la personas no son compatibles con su proceso de trabajo.
- Cuando la carga laboral es excesiva a las capacidades de la persona.
Los conflictos intrapersonales pueden tener consecuencias negativas para la salud física y mental de la persona, como por ejemplo estrés, ansiedad, depresión, baja autoestima, insomnio, fatiga, dolores, etc.
Por ello, es importante que la persona pueda identificar, expresar y resolver sus conflictos internos, buscando el apoyo de otras personas o de profesionales si es necesario.
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2. Conflictos interpersonales
Son los conflictos que se originan entre dos o más personas, cuando éstas tienen intereses, valores, opiniones, expectativas o percepciones opuestas o divergentes sobre un mismo asunto, objetivo o perspectiva. Estos conflictos pueden surgir por diferentes motivos, como, por ejemplo:
- Cuando hay una competencia o una rivalidad entre las personas por obtener reconocimiento, poder, prestigio o recompensas.
- Cuando hay una falta de claridad o de consenso sobre las metas, las funciones, las responsabilidades o las normas de cada persona.
- Cuando hay una diferencia o una incompatibilidad entre las personalidades, los valores, las actitudes, las creencias, los estilos de trabajo o las preferencias de las personas.
- Cuando hay una escasez o un mal uso de los recursos disponibles (materiales, financieros, humanos, etc.)
- Cuando hay un problema de comunicación, como la falta, el exceso, la distorsión o la ambigüedad de la información.
- Cuando hay una influencia o una interferencia de los conflictos personales, familiares o sociales de las personas en el ámbito laboral.
Los conflictos interpersonales pueden tener consecuencias negativas para la relación, la convivencia, la cooperación o la integración de las personas, como por ejemplo hostilidad, agresividad, violencia, aislamiento, desconfianza, resentimiento, etc.
Por ello, es importante que las personas puedan dialogar, negociar y resolver sus conflictos mutuos, buscando el apoyo de otras personas o de mediadores si es necesario.
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3. Conflictos intragrupales
Son los conflictos que se originan dentro de un grupo o equipo de trabajo, cuando hay una contraposición de intereses, valores, opiniones, expectativas o percepciones entre sus miembros, sobre un mismo asunto, objetivo o perspectiva.
Estos conflictos pueden surgir por diferentes motivos, entre los que podemos destacar:
- Problemas de comunicación, cuando el mensaje no llego a todos los involucrados o es tan ambiguo que se presenta a interpretaciones individuales.
- Cuando no hay claridad en los roles que tiene cada colaborador, lo que puede ocasionar traslapes en los procesos o en la autoridad de los colaboradores o líderes.
- Cuando hay distintas perspectivas acerca del deber ser en la cultura organizacional o el ejercicio de los procesos.
- Cuando dos criterios o perspectivas sobre un mismo asunto se contraponen entre sí.
- Cuando no hay un común entendimiento de valores y normas.
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4. Conflictos intergrupales
Son los conflictos que se originan entre dos o más grupos o equipos de trabajo, cuando hay una contraposición de intereses, valores, opiniones, expectativas o percepciones entre ellos, sobre un mismo asunto, objetivo o perspectiva. Estos conflictos pueden surgir por diferentes motivos, por ejemplo:
- Cuando no están bien claros los roles de cada grupo y sus objetivos, existiendo mala distribución de trabajo, duplicidad de funciones o traslapes en las mismas.
- Cuando no existe comunicación entre dos grupos de trabajo, esta necesaria mediante vías institucionales o formales de trabajo.
- Cuando no está bien delimitada la pertenencia de las personas en los grupos de trabajo generando confusión sobre a cuál se pertenece.
- Cuando se tienen objetivos o funciones que se contraponen o excluyentes.
Los conflictos intergrupales pueden tener consecuencias negativas para la coordinación, la cooperación, la integración o la sinergia de los grupos, como por ejemplo conflicto, confrontación, resistencia, rechazo, etc.
Por ello, es importante que los grupos puedan dialogar, negociar y resolver sus conflictos mutuos, buscando el apoyo de otras personas o de directivos si es necesario.
Conclusión
Los conflictos organizacionales son una realidad inevitable y constante en el ámbito laboral, que pueden tener efectos positivos o negativos sobre el funcionamiento, el rendimiento, el clima y la cultura de una empresa, según cómo se gestionen y se resuelvan.
Por ello, es fundamental que las personas, los grupos y las áreas que conforman una organización cuenten con las habilidades, las herramientas y los recursos necesarios para enfrentar, manejar y solucionar los conflictos de forma constructiva, pacífica y satisfactoria, buscando el beneficio mutuo y el bien común.
Existen diferentes tipos, causas y consecuencias de los conflictos organizacionales, así como diferentes estrategias o métodos para resolverlos, que pueden adaptarse a las características, las necesidades y las expectativas de cada situación.
Lo importante es tener una actitud abierta, flexible, dialogante y colaborativa, que permita transformar los conflictos en oportunidades de aprendizaje, crecimiento y desarrollo personal y profesional.