Autor: Alejandro González
LinkedIn¿Qué son las competencias laborales y cómo podemos evaluarlas en nuestra empresa?
Esta es una pregunta que muchos líderes y gerentes se hacen a la hora de gestionar el talento humano y buscar el desarrollo de sus colaboradores. Sin embargo, el tema de las competencias no es tan sencillo como parece, pues implica considerar una variedad de factores que influyen en el desempeño de cada puesto de trabajo y en la adaptación a la cultura organizacional.
En este artículo, vamos a explicar qué es una competencia laboral, cuáles son sus componentes y cómo podemos identificarlas y evaluarlas en nuestros procesos de trabajo.
De esta manera, podremos establecer mecanismos metodológicos que nos permitan detectar las necesidades de desarrollo de competencias de nuestro personal y las competencias que requieren para cumplir con sus objetivos de forma eficiente, eficaz y rentable.
¿Qué es una competencia laboral?
Una competencia laboral se define como un conjunto de habilidades, actitudes, conocimientos y valores que una persona posee y aplica en el ámbito laboral para desempeñar su puesto de trabajo, el cual se traduce en un proceso, a veces complejo, que debe lograr con éxito.
Esta definición nos arroja cuatro elementos que, desagregados, nos puedan permitir comprender un poco qué es lo que tenemos que buscar a la hora de poder evaluar las competencias o, siquiera, identificarlas dentro de nuestros procesos de trabajo.
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Conocimientos
Los conocimientos se refieren a lo que las personas saben respecto a cumplir con los procesos de sus puestos de trabajo.
Estos conocimientos pueden ser adquiridos de manera formal e informal; De manera formal, a través de educación universitaria, de educación técnica o a través de capacitaciones estructuradas que permitan a ellos adoptar dichos conocimientos; y de manera informal, mediante la experiencia, la enseñanza sobre la marcha o el estudio autodidacta.
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Actitudes
Las actitudes se refieren al cómo nuestros colaboradores van a enfrentar las diferentes situaciones que tienen que sortear dentro de esos procesos de trabajo para lograr su objetivo.
Estas van a estar determinadas por la personalidad de cada uno de nuestros colaboradores, sus conocimientos y también por las habilidades. Recordemos que, ante una misma situación, dos personas pueden actuar de forma muy distinta.
Por ejemplo, en un proceso de atención al cliente, en el que se presenta un conflicto con un cliente, necesitamos una persona con una comunicación asertiva suficiente para poder calmar al cliente y lograr una conversión de ese cliente en una persona satisfecha con nuestro servicio o nuestro producto, mientras que, en el ámbito jurídico, un conflicto puede desarrollarse de forma diferente.
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Habilidades
Las habilidades se refieren a qué hace con lo que sabe. Es decir, cómo aplica sus conocimientos a la hora de poder desempeñar un trabajo, cómo logra transformar esos conceptos abstractos en algo tangible, en resultados.
Se dan cuenta de que en este sentido estamos hablando de tres conceptos que se están interrelacionados entre sí, en el cual cada uno necesita del otro.
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Valores
Los valores se refieren a la manera en que la persona se va a acoplar con la cultura organizacional de nuestra empresa. Recordemos que una persona que no es compatible con la cultura organizacional de nuestra empresa, aún con habilidades bien desarrolladas, altos conocimientos y una actitud favorable ante las circunstancias que se le presenten, puede generar un conflicto a la hora de poder lograr los objetivos o a la hora de poder integrar su proceso con los procesos de sus compañeros o con los diferentes procesos de la empresa.
¿Cómo identificar las competencias necesarias en nuestros procesos de trabajo?
El primer paso para identificar las competencias laborales que se necesitan en nuestra empresa es comprender a qué nos referimos con este concepto. Una competencia laboral, cómo se explicó antes, no es solo un conocimiento teórico o una habilidad práctica, sino que implica también una actitud favorable y unos valores coherentes con la cultura organizacional.
Por ejemplo, no basta con saber usar un programa informático o hablar un idioma, sino que hay que hacerlo acoplándose a ciertos estándares establecidos por la empresa y el mercado.
En este sentido, es importante considerar los valores y si estos son compatibles con el propósito de la empresa, con la cultura y con los propios valores de la empresa. Sobre todo, también saber si dichos valores son compatibles con el tipo de puesto que está desempeñando.
El siguiente paso, en este sentido, después de comprender a qué nos referimos con competencias laborales, es poder identificarlas; y aquí hay que tener cuidado, porque muchas personas piensan que la identificación de necesidades es ir con nuestros colaboradores y preguntarles cuáles son los conocimientos, habilidades, actitudes o valores que ellos necesitan o que se requieren para desempeñar sus procesos de trabajo; y esto no es así, porque probablemente ellos, con su experiencia o trabajos previos, tengan o conciban los procesos de forma diferente a los procesos que nosotros estamos estableciendo dentro de nuestra empresa.
Las competencias están definidas por los procesos de trabajo, y estas responden a requerimientos técnicos, metodológicos, relacionales y estratégicos.
Los procesos de trabajo y el modelo de negocio
En este sentido, los procesos de trabajo en la empresa responden a nuestro modelo de negocio y responden a un proceso de planeación que nosotros, como líderes de la empresa o como dueños, debemos tener muy claro.
Es importante detectar las habilidades, conocimientos, valores o actitudes necesarios en cada proceso técnico, organizacional y administrativo de la empresa; y esto se obtiene a partir del conocimiento técnico de quienes idearon el modelo de negocio, pero considerando, también, el mercado laboral de nuestro sector.
Competencias blandas y competencias duras
Para poder ubicarnos mejor, vamos a dividir las competencias entre soft skills y hard skills, o competencias blandas y competencias duras.
Competencias blandas
Aquí podemos englobar las actitudes y los valores; y, en las competencias duras, vamos a englobar las habilidades y los conocimientos, aunque hay actitudes, valores, conocimientos y habilidades que pueden ser considerados de ambos tipos.
Competencias duras
Por lo general, lo que caracteriza a las competencias duras es que estas se generan a partir de la educación formal o la exposición constante a la experiencia laboral, mientras que las competencias blandas tienen que ver más en cómo las personas expresan su personalidad a la hora de desempeñar su trabajo o a la hora de convivir dentro de un entorno organizacional.