“Los colaboradores felices son un 12% más productivos.”
Por supuesto, muchos dueños de organizaciones tienden a pensar que los colaboradores necesitan un sueldo más alto para ser felices con su puesto. Aunque esto tiene sentido, no en todos los casos es lo necesario. Lo que los dueños deben hacer es cumplir sus promesas y mostrar compasión por sus colaboradores. Por ejemplo, si en este caso prometiste a tus colaboradores un aumento de sueldo, tiene más valor a largo plazo la promesa cumplida y que ellos saben que pueden confiar en tí, que el dinero recibido. Si prometiste algún recurso para ayudarlos a ser más eficientes en su trabajo, cumple con ellos. Recomendamos encontrar lo que es importante para tus colaboradores, comunicándote con ellos y darles esto, cumpliendo tus promesas.
“Las empresas con colaboradores felices superan a la competencia en un 20%.”
No nos referimos a cosas muy exageradas, si te pones a pensar, no se necesita mucho para hacer felices a los colaboradores. Hay una historia de los ejecutivos de Starbucks donde estos visitaron sus locales y notaron que hasta los mejores colaboradores se desesperaban rápidamente cuando se enfrentaban a clientes agitados, con prisa o de mal humor. En lugar de criticar y corregir a estos colaboradores individualmente, decidieron desarrollar un nuevo tema de capacitación que se encargaba de eliminar el estrés en este tipo de situaciones. Los ejecutivos de Starbucks encontraron lo que hacía que sus colaboradores se sintieran infelices en sus trabajos y los empoderaron con las herramientas que necesitaban para que sean un poco más felices.
“El 36% de los colaboradores daría $5,000 dólares al año de salario para ser más feliz en el trabajo.”
Toda la vida nos han enseñado a que es normal ver el trabajo como algo que se debe soportar, no disfrutar. Trabajamos todo el día, luego volvemos a casa para tomar un trago o ver algo de televisión, tratando de encontrar el "equilibrio entre el trabajo y la vida". Suponiendo que el trabajo se trata de estrés mientras que el resto de la vida es donde obtenemos verdadero significado y felicidad.
Pero la evidencia de los estudios de psicología, liderazgo y administración, e incluso la neurociencia, respaldan una visión diferente: que no solo es posible encontrar la felicidad en el trabajo, sino que lograr esto nos va a traer muchos beneficios. A los colaboradores más felices les va mejor en todas las áreas de su vida, desde su salud, su productividad y su crecimiento profesional, y esto mejora constantemente los resultados de la organización en la que trabajan.
Definimos la felicidad como una cualidad de vida general que es rica en una variedad de emociones, incluso incluyendo episodios de enojo, tristeza y estrés. Si bien no es ideal que estas emociones más desafiantes duren demasiado o tengan demasiada influencia en nuestra forma de pensar, las situaciones en las que ocurren son a menudo las que alimentan nuestro sentido más profundo de propósito y nos llevan a un contacto significativo con los demás.
“Los vendedores felices producen un 37% más de ventas.”
¿Qué nos va a llevar a tener colaboradores felices en el trabajo?
- 1. Propósito
- Esto es un reflejo de nuestros valores fundamentales, y nos sentimos más decididos en el trabajo cuando nuestros comportamientos y decisiones cotidianas están alineados con esos valores.
- 2. Compromiso
- ¿Disfrutas en general de tu trabajo? ¿Eres parte de las decisiones sobre qué, cuándo y cómo haces las cosas en el trabajo? ¿Con qué frecuencia te sientes curioso o profundamente inmerso y pierdes la noción del tiempo mientras trabajas? ¿Sientes que puedes ser efectivo y hacer las cosas?
- 3. Resiliencia
- La capacidad de manejar, adaptarse y aprender productivamente de los contratiempos, los fracasos y las decepciones es fundamental para la felicidad general en el trabajo. La resiliencia no significa tratar de evitar dificultades, sofocar el estrés o no tener confrontaciones; significa ser capaz de manejar los desafíos en el trabajo con autenticidad y gracia.
- 4. Amabilidad
- Finalmente, somos más felices en el trabajo cuando aprovechamos nuestra tendencia innata hacia la bondad, orientando nuestros pensamientos, sentimientos y acciones hacia el cuidado de los demás y las relaciones interpersonales de apoyo genuino. Ser amable en el trabajo implica tratar a los demás con dignidad y respeto, extender la empatía y la compasión, practicar la gratitud y manejar los conflictos de manera constructiva.