Autor: Alejandro González
LinkedIn¿El líder nace o se hace? Y qué necesita para serlo
Les voy a contar una historia.
Alrededor del año 1412 en una pequeña y modesta villa francesa que sufría de los estragos de la guerra nació una joven, hija de una familia poco posicionada. Como era de esperarse en esta época, por su género y posición social poco se auguraba sobre su futuro, quien seguramente pasaba desapercibida en una vida caracterizada por el adoctrinamiento religioso y el quehacer propio de las niñas de su época.
Pero un día esta doncella se convenció de que tenía un propósito más grande, y gracias a su determinación e insistencia logró presentarse ante el príncipe heredero al trono francés para hacerle una petición: Que la pusiera al frente del ejército francés para liberar la ciudad de Orleans en manos de los ingleses y así poder coronado Rey de Francia para que este diera fin a la famosa guerra de los 100 años. Y ¿Qué creen? Lo logró.
Portando un estandarte se levantó como la esperanza de un pueblo que no descansó desde entonces hasta conseguir tan ansiada victoria. La historia de Juana de Arco tuvo un trágico final para ella, pero marcó un punto de inflexión en la historia. Y para lo que aquí nos concierne es un ejemplo de cómo a pesar de las circunstancias una líder puede provenir de dónde menos se espera.
Entonces la pregunta es ¿Cuántos líderes hay por ahí, escondidos entre la gente y que mañana sus acciones cambiarán al mundo? Estoy convencido que bastantes, probablemente tu.
Entonces la pregunta es ¿Cuántos líderes hay por ahí, escondidos entre la gente y que mañana sus acciones cambiarán al mundo? Estoy convencido que bastantes, probablemente tu.
El concepto de liderazgo Afortunadamente cuenta con un estándar sobre su definición, aunque no así sobre otros aspectos relacionados:
Leithwood (2009), afirma que es la capacidad de ejercer influencia sobre otras personas, de manera que éstas pueden tomar las líneas propuestas como premisa para su acción.
Por otro lado, Yukl (2002) lo ve como un proceso con el cual se ejerce influencia sobre otros con la finalidad de lograr un objetivo. Y si exploramos distintas fuentes encontraremos que hay un estándar con estas definiciones, con más o menos elementos.
Al final podemos entender que el liderazgo es la capacidad legitima que tiene una persona (individual, grupal o institucional) de influir en otra con la finalidad de lograr, por voluntad propia, un objetivo común.
Al final podemos entender que el liderazgo es la capacidad legitima que tiene una persona (individual, grupal o institucional) de influir en otra con la finalidad de lograr, por voluntad propia, un objetivo común.
Los liderazgos pueden ser tanto horizontales, es decir entre pares, y verticales, no solo de un jefe a su subordinado sino también del subordinado a un jefe. En esencia ser líder también implica saber ser lidereado. En la serie Game of Thrones el personaje de Tyrion Lanister representa muy bien esto.
En este caso nos encontramos ante un líder estratégico que es capaz de analizar, valorar y presentar alternativas a la Reyna quien al final toma la decisión final. No obstante, se le puede ver en varias ocasiones influyendo con argumentos sobre la decisión que el considera más acertada.
Aceptar este hecho, de que un líder no es sinónimo de puesto de mando nos ayudará a redefinir nuestro potencial y al mismo tiempo abrirá un abanico de oportunidades. Y aunque todo puesto de mando debe estar revistado de liderazgo en la realidad no siempre es así y aquí se encuentra el origen de mucho de los problemas que surgen en las organizaciones.
Ahora, queda claro que un puesto de mando no hace a un líder, pero entonces ¿Qué es lo que define a un líder?
La definición planteada anteriormente nos ofrece unos conceptos clave: Objetivo, legitimidad y capacidad. Dichos conceptos, más que tomarlos como características directas, hay que considerarlos como categorías de las cuales se desprenden elementos clave que nos ayudan a identificar a un líder.
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1. El objetivo
El objetivo es el punto de cohesión, es ese elemento que abandera el líder y en torno al que se agrupan la o las personas en las que busca influir, ya sea de manera orgánica o porque en algún momento los involucrados lo han hecho suyo. La importancia del objetivo es tal que es el que establece un rumbo o al menos visualiza a dónde se quiere llegar, también ayuda a alinear los esfuerzos a la misma dirección para que sumados se peda lograr tal objetivo.
La existencia de un objetivo no solo es fundamental para dirigir los esfuerzos sumaos, sino que justifica en esencia el que hacer y el liderazgo mismo. Por el contrario, sin objetivo claro o del que no se esté convencido la capacidad de influir se diluye y los esfuerzos se dispersan reduciéndose solo a los intereses individuales de las personas que conforman al grupo.
Veamos el caso en la Guerra en Ucrania. Al principio se vaticinaba una rápida derrota del ejercito ucraniano por parte del ejército ruso. Sin embargo, la resistencia ucraniana logro contener el avance ruso y en algunos casos revertirlo.
Un factor determinante para que se diera esto, según algunos analistas, es que más allá del apoyo logístico y financiero de occidente, los ucranianos luchaban con un objetivo en común y del cual estaban muy convencidos; defender su territorio y expulsar al enemigo. Mientras que en el ejército ruso los soldados no tenían claro el objetivo por el que se luchaba.
En una empresa cuando existe un objetivo en común y el objetivo de cada colaborador contribuye directamente en cumplir el objetivo general da como resultado un aumento en la productividad. Mientras que una empresa en la que los objetivos son poco claros las personas tiende a trabajar por el objetivo más tangible que tienen, el suyo propio y este está determinado en principio por su salario, y si su salario es menor al que exige el mercado entonces su esfuerzo naturalmente será menor al esperado para el trabajo. Y no es su culpa, es algo sistemático.
El establecimiento de un objetivo claro, común y viable no define por sí solo a un líder, pero el no tenerlo definitivamente no lo convierte en tal, aunque potencialmente lo sea.
Por eso es importante tener un objetivo en común, o establecer uno que los miembros de la organización hagan suyo y que el logro de dicho objetivo signifique una retribución en quienes trabajan para lograrlo.
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2. Legitimidad
Este concepto suele ser muy usado en temas de política, pero es aplicable en cualquier ejercicio de la autoridad y el liderazgo. La legitimidad hace alusión al nivel de aceptación que un grupo social tiene sobre alguien o algo. Podemos hablar de la legitimidad que tiene un líder, una empresa, una idea o inclusive un objetivo. El que tan legitimo sea un líder, su causa y actuar va a determinar la permisividad con la que el líder actúa, una legitimidad baja o nula, por el contrario, genera resistencia en su actuar.
Este tema puede llegar a ser complejo por lo que vale la pena retomarlo. Sin embargo, podemos hablar de las fuentes de dónde proviene la legitimidad de un líder y aunque hay muchas propuestas podemos comenzar con la planteada por Max Weber quien ligaba el concepto con el de autoridad y para la cual decía que existen tres fuentes principales: La racional-legal, la tradicional y la carismática.
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La dominación de carácter racional
descansa, a palabras de Weber, en la creencia de la legalidad de ordenaciones establecidas y de los derechos de mando de los llamados por esas ordenaciones de ejercer la autoridad legal (Weber, 2002). En pocas palabras el respaldo de este tipo de dominación es la ley, en lo legal y para Weber la legitimidad que descansa en la legalidad es la forma más corriente de legitimidad, es decir la más básica (Scott, 1995).
Por ejemplo, una persona que recibe el título de Gerente en una empresa es revestido con la autoridad que dicho puesto requiere, y dicha autoridad es aceptada por las personas que tiene a su cargo. Pero, el simple título o rango obtenido no siempre es suficiente para tener legitimidad y autoridad, pues si el gerente obtuvo el puesto de una forma poco clara o hay evidencias de que no tiene los conocimientos y las habilidades para ejercerlo dicha autoridad se pone en duda y por lo tanto pueden surgir resistencias a la hora de ejercerla.
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Dominación de carácter tradicional
Por otro lado, la dominación de carácter tradicional descansa sobre las conductas, creencias o la cultura del grupo al que se busca liderear, muchas veces determinada a través del tiempo, independientemente de si esta autoridad es legal o no (Weber, 2002). Un líder que respeta los estándares previstos por una comunidad, los cuales se basan en expectativas históricas y culturales de la sociedad tiene más probabilidad de encontrar legitimidad que uno que reniegue de ello.
El caso de Elon Musk con la copra de Twitter se presenta como un buen ejemplo, pues, aunque se hizo con la empresa y como dueño y director general contaba con la autoridad legal se encontró con mucha resistencia al querer cambiar lo ya establecido de una forma abrupta y sin un plan aparente. Al final tras una votación promovida por el mismo, la gente dentro y fuera de la empresa votó porque no siguiera al frente de la empresa.
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La dominación carismática
La dominación carismática tiene origen en aspectos afectivos y emotivos, por lo que la validez que se le da al ordenamiento es respaldada por la confianza, la devoción ideológica, el reconocimiento del actor como un poseedor de mayores probabilidades para la consecución de un objetivo entre otras características que revisten al actor como “carismático”.
El carisma es una cualidad que se nota mucho en el mundo artístico aunque no siempre logra traducirse en un liderazgo adquiere mucha relevancia cuando se usa para buscar influir en otros para lograr un objetivo; Barack Obama es considerado uno de los personajes de la política más carismáticos, pues sus discursos y la actitud que demostraba lograba tener un efecto emotivo en las personas, aun antes de convertirse en presidente y rompiendo como mucho esquemas tradicionales; hay muchos ejemplos de líderes carismáticos, algunos un tanto polémicos pero que de alguna forma son evidencia de que la legitimidad que surge a partir del carisma puede ser disruptiva y en mi opinión ningún otra fuente va depender tanto de la personalidad, conocimientos y aptitudes del líder.
Este tipo de dominación puede complementarse con las otras tres, pero, para Weber, también representa un riesgo para la disrupción de los ordenamientos establecidos por legitimidad racional y tradicional. Es decir, un líder carismático puede imponerse a lo legalmente establecido o redefinir lo culturalmente aceptado. Sin embargo, al final debe respetar los nuevos lineamientos establecidos y apegarse a lo que las personas culturalmente ya aceptaron.
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Más adelante hablaremos de cada uno de manera más profunda, analizando algunos lideres en la historia, o representados, por qué no, en la literatura o el cine.
Hasta este punto hemos hablado de lo que define a un líder se puede agrupar en tres aspectos: Su objetivo, su legitimidad y su capacidad.
Capacidad
La capacidad que tiene un líder se refiere a la efectividad potencial que tienen sus esfuerzos para lograr influir en lograr el objetivo. Estos esfuerzos están determinados por las herramientas y recursos con los que el líder cuenta y estos pueden ser muy diversos por lo que enumerarlos aquí sería imposible. No obstante, es importante clasificarlos en dos: En intrínsecos y extrínsecos.
Los intrínsecos son aquellas herramientas propias de la personalidad como los conocimientos, las emociones y la voluntad del líder. Por lo tanto, son inherentes a la persona, lo que significa que ya los trae consigo o los puede aprender y desarrollar. Por lo tanto, tienden a ser las primeras herramientas que una persona utiliza o por las que se destaca como líder y son las primeras que se adquieren.
Centrar nuestra atención inicial en estas herramientas a la hora de querer desarrollarnos como líderes es lo más acertado pues además contribuyen bastante en determinar la fuente de tu legitimidad; Una persona que ha trabajado la empatía es más probable que conecte con las personas y por lo tanto expresar mayor carisma; una persona con unos valores y una ética bien definida va encontrar aceptación moral ante las personas que le rodean; o un alguien que domine mucho algún tema como por ejemplo saber pilotear un avión va contar con la legitimidad racional-legal de ser la persona indicada para la tarea. Me atrevo a adelantar que el desarrollo de estas herramientas va a ocupar la mayor parte de nuestro camino a convertirse en un líder.
Finalmente, los recursos extrínsecos se refieren a recursos y herramientas externas como lo es la capacidad económica, la estructura organizacional que le respalda, etc. Estos pueden ser de todo tipo y la manera en que los usamos va a depender mucho de los recursos intrínsecos. Esto significa que, aunque tengamos una gran capacidad financiera poco podemos hacer con ello si carecemos de competencias administrativas o al menos de alguien que no apoye al respecto. Aprender a diseñar e implementar una buena estrategia implica mucho el saber cómo integrar y utilizar todos estos recursos.
Hasta aquí hemos visto, de forma un tanto superficial y resumida, de algunos de los factores que definen a un líder, más adelante abordaremos otras posturas y perspectivos o ahondaremos más en las aquí expuestas.
Antes de finalizar creo importante aclarar algo y sobre lo que no es liderazgo. Si la definición de liderazgo implica influir en un grupo para encaminarlos a conseguir un objetivo es importante establecer que esta influencia en ningún momento debe darse de manera coercitiva es decir ejerciendo la fuerza, la amenaza, el chantaje, la mentira o aprovechándose de las vulnerabilidades de las personas en quienes se quiere influir.
Por lo que un gerente que amenaza constantemente a sus colaboradores de correrlos sin que esto sea producto de una sanción justificada, o alguien que sostiene un arma para que las personas hagan lo que quiera obvio si está influyendo en ellos, pero es no lo convierte en un líder, un dictador por ejemplo que haga uso desmedido de la propaganda para convencer a una sociedad de una mentira o reprima las disidencias no está ejerciendo liderazgo sobre ellas.
Un verdadero líder influye siempre convenciendo o persuadiendo de una forma positiva conectando emocionalmente y/o con razones que justifiquen el avance hacia dónde se quiera ir y ante la pregunta de si un líder nace o se hace estoy convencido que se hace, ¿cómo? Trabajando constante mente en nuestra capacidad, nuestros conocimientos, valores y emociones, encontrando una causa que realmente nos motive porque solo así podremos motivar a otros, buscando conectar con quienes nos rodean y aunque no siempre con el mismo estilo, entender sus necesidades, emociones y sobre todo motivadores.
Desarrollar el liderazgo se vuelve hoy en día muy importante, en términos profesionales pues de esto depende, en gran medida, nuestro crecimiento dentro de una empresa o inclusive nuestros propios emprendimientos.