Autor: Alejandro González
LinkedInProductividad: Cuestión de tiempo
Productividad es un concepto que puede llegar a ser confuso si no se consideran las perspectivas desde las cuales se estudia. No es lo mismo productividad en términos macroeconómicos que productividad en términos ya operativos, es decir en el día a día de nuestra empresa.
Según el INEGI la productividad laboral es una relación entre el producto interno Bruto (PIB) y las horas trabajadas. Es decir, cuanto se produce en determinadas horas. Este cálculo lo expresa a través del Índice Global de Productividad Laboral de la Economía (IGPLE) que mide la productividad laboral de todas las unidades productivas del país y para ello se calculó con base en dos métodos:
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Con base en las horas trabajadas: Este método divide el PIB entre el número de horas trabajadas.
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Con base en el personal ocupado: Este método divide el PIB entre el número de personas ocupadas.
No obstante, esta forma de medir la productividad no siempre toma en cuenta las diferencias entre las empresas o los sectores económicos, aunque para algunos ofrece una cifra. Y para quienes están más familiarizados con la operación de una fábrica que con la teoría económica coincidirán en que operativamente no es tan simple.
Pero antes de desglosar el tema en términos operativos vale la pena explorar algunas tendencias para dejar en claro que no siempre la productividad es el resultado proporcional del tiempo trabajado.
Esto significa que más tiempo no significa más productividad, contrario a lo que muchos piensan a la hora de gestionar personal Pues hay países dónde se trabaja menos tiempo y se es más productivo.
Los países con mayor productividad laboral en 2022 fueron Irlanda, Noruega y Luxemburgo. (Fuente: OCDE). Noruega con un promedio general de 34,1 horas por semana (2022) y con una jornada laboral máxima legal de 40 horas por semana; Y Luxemburgo con un promedio de productividad general de 38,3 horas por semana (2022) y una jornada laboral máxima legal: 40 horas por semana.
Mientras tanto México se encuentra en el lugar 37 de 38 de los países de la OCDE en términos de productividad (Fuente: OCDE, 2023) con un promedio de horas trabajadas por persona de 43 horas a la semana y una jornada máxima de 48 horas a la semana (Fuente: IMCO, 2023).
Esto significa que otros países con menos horas trabajadas logran producir más que México. Ok, hay que admitir que los países con los que estamos haciendo dicha comparación son países muy desarrollados y de poblaciones considerablemente menores a las de México. Sin embargo, en la OCDE hay países con características demográficas similares y que están en mejores condiciones. Pero también hay que preguntarnos si el éxito de esos países es producto de su alta productividad o la alta productividad es una consecuencia de su éxito. Yo me inclino por la primera opción.
Factores que inciden en la productividad
Con lo anterior podemos empezar a cuestionarnos si la productividad tiene como única variable el tiempo o sí hay otros factores que contribuyen en ella y es que las hay. Por ello en este artículo exploraremos un poco que factores si contribuyen en la productividad, pues al final si aumentamos el tiempo y no lo que se produce en él, terminaremos dividendo dicho tiempo en el total producido y probablemente obtengamos el mismo resultado. Aunque en términos brutos haya más producción.
Pero si queremos aumentar lo producido sin pasar por encima de los derechos laborales y el bienestar de las personas aumentándoles el tiempo en que trabajan debemos considerar factores que si inciden en cuanto se produce en el mismo tiempo:
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El capital humano
Empecemos con el más obvio de todos. Mientras no dependamos al 100% de robots son los seres humanos, las personas de quienes depende la productividad de las empresas, por ahora.
Pero hablar de personas en términos de productividad no debe hacerse sin considerar lo que estas personas deben tener para a ello y en este sentido hay que identificar las competencias, herramientas, valores y motivadores que las personas tienen a la hora de realizar un trabajo.
En este sentido es el factor que contribuye a la productividad sobre el que más tenemos control como líderes de equipos de trabajo o dueños de empresas y factor motivación y liderazgo juega un papel trascendental y condicionante, independientemente de si se tienen las herramientas o no.
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La tecnología
Aunque este factor depende en gran medida de la inversión que podamos hacer, está condicionado a contar con capital humano calificado y no siempre se refiere a líneas de producción automatizadas o robots, a veces se reduce a unos buenos guantes de trabajo, herramientas con mayor duración y precisión, un software que permita reducir tiempos y aumentar capacidad productiva.
En realidad, el uso de la tecnología se refiere a conocimiento aplicado, pero insisto, está condicionado a la capacitación que nuestro capital humano tenga.
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Ambiente laboral
Debemos empezara reconocer que la voluntad de trabajar de las personas y las herramientas que tienen no son factores exclusivos para mejorar la productividad. El lugar dónde se desempeña el trabajo y las condiciones son muy importantes y también condicionantes a la productividad.
El ambiente laboral está compuesto por el espacio físico en dónde se trabaja, las relaciones sociales que tienen lugar ahí y la seguridad con la que contamos, además de la higiene, la ergonomía entre otros factores.
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Modelo de salarios e incentivos
Este factor no solo tiene que ver con lo que se les paga a los colaboradores, lo cual debe ser competitivo dentro del mercado laboral y debe ser suficiente para que satisfagan sus necesidades básicas y más.
También se refiere al salario emocional, al reconcomiendo, a las comisiones, a la existencia de mecanismos que apremien el desempeño sobresaliente, pero al mismo tiempo ayuden a quienes se rezagan a alcanzar resultados cada vez mejores.
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Factores externos
Bien, también hay que admitir que no siempre la productividad depende de factores internos a la empresa o que están en nuestro control. La fuimos testigos de cómo la pandemia del COVID-19 mermó la productividad en todo el mundo y no fue algo en lo que pudiéramos hacer mucho.
No obstante, las empresas más preparadas pudieron hacer frente a ello y recuperarse mejor una vez finalizada la contingencia. En este sentido si vale la pena estar atentos al entorno en el que vive nuestra empresa para identificar riesgos y oportunidades, o causas que estén impactando en nosotros esto a fin de poder hacerles frente y al menos mitigar el impacto negativo y aprovechar el positivo.
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Liderazgo
Y va de nuevo, necesitamos líderes capaces de que todos estos factores se aprovechen al 100. Al final sol los lideres quienes traducen los objetivos de la empresa en términos de productividad, en que este indicador mejore.
Por eso hay que procurar contar con una buena plantilla de lideres que sean capaces de ver el panorama completo que aquí se expone y puedan gestionar a sus equipos de la mejor forma posible. Pero también que puedan retroalimentar a los tomadores de decisiones en cómo hacerlo.
Al final, en este artículo se busca, sobre todo, poder hacer conciencia de los distintos factores que influyen en la productividad en términos generales. Pero sobre todo dejar de verla como un indicador dual que está compuesto por trabajo y tiempo.
No, no es así, y aunque se mida con base en estos indicadores al final debemos recordar que para mejorar nuestra productividad siempre es buscar la forma de hacer más con menos; con menos recursos y menos tiempo, sin que esto demerite el bienestar de nuestros colaboradores.
Ya más adelante hablaremos sobre algunas líneas de acción que podemos emprender para poder mejorar nuestros indicadores de productividad. Pero podemos comenzar con reflexionar y empezara medirla, algo que no todas las empresas hacen.