Autor: Alejandro González
LinkedInTrabajo en equipo o un grupo de individuos trabajando
Introducción
Hay una frase que dice que somos más todos juntos que por separado y esto se refiere al trabajo en equipo. Las empresas todo el tiempo están buscando como hacer que su gente trabaje en equipo, peor muchas veces, al mismo tiempo, tienen esquemas que apremian la individualidad o no procuraran un trabajo en equipo.
Tal vez porque tienen miedo a que la formación de equipos se traduzca en una convivencia más social que laboral y los distraiga de sus deberes. Pero esto no necesariamente es así.
Organización igual a equipos
Las empresas no dejan de ser una organización, y aunque para muchos los conceptos son sinónimos no es así, aunque tienden a englobarse. Una empresa, en el sentido económico, se refiere a un modelo de negocio con cierto grado institucionalidad y que persigue una rentabilidad, con objetivos sociales o meramente económicos.
Mientras que una organización se refiere a un sistema compuesto por un grupo de personas relacionadas entre sí y que persiguen un fin común, aunque este último siempre sea claro.
Estas personas están integradas a partir de roles y procesos, y están impulsadas por distintos motivadores, que en el caso de la empresa es un salario acorde al mercado y que permita satisfacer las necesidades básicas, pero también de por otros motivadores más emocionales y extrínsecos.
No obstante, para lo que aquí conviene, hablar de organización es hablar de un orden y de la suma de esfuerzos individuales para maximizarlos en conjunto, traduciéndolos en un trabajo productivo y eficiente.
Pensar en una organización como un grupo de individuos en dónde cada uno jala para su lado es un error y aunque parezca increíble bajo el marco lógico aquí planteado, es común entrar a una empresa y observar a personas desintegradas y que trabajan de manera individual, estableciendo relaciones laborales solamente cuando es necesario.
Pero trabajar en equipo se vuelve algo indispensable, no solo para el bienestar laboral, sino para la productividad de la empresa. El problema es que no siempre es sencillo integrar un grupo de personas, a veces con intereses, creencias o hábitos tan diferentes como para formar de ese grupo una verdadera organización.
Esquemas de competencia vs esquemas de competitividad
De hecho las empresas que no ponen atención en el trabajo en equipo establecen esquemas de competitividad individual y no organizacional pueden estar en un gran riesgo, es decir, poner a competir a los colaboradores entre sí pensando que solo de esta forma podrán mejorar y alcanzar estándares más altos es simplemente crear brechas de desigualdad productiva lo que significa que unos pocos cargaran con la productividad de la empresa mientras otros terminarán rezagados y no porque sean incompetentes, simplemente por los sistemas así dan una ventaja exponencial a quien tiene un logro.
Por ejemplo, en ventas el que consigue una meta más alta se le suele apremiar con la cartera de los mejores clientes, lo que significa que le será más fácil vender a clientes que de por sí ya confían en nuestra empresa mientras que los que no han podido sobresalir tendrán a su cargo prospectar nuevos clientes y el problema es que el primero va a tener más éxito atribuido en gran medida a la posición en la que ya se encuentra mientras que el segundo su posibilidad será menor. En pocas palabras si al principio los dos estaban en el nivel 0 ahora el primero está en el nivel 1 y el segundo en el -1.
El problema es que esto genera que la empresa esté cambiando constantemente al personal rezagado a causa de lo que ellos interpretan como un bajo desempeño y a quienes contratan ya entran con una desventaja para poder sobresalir. Es decir, solo una parte de la empresa está sosteniendo la productividad y la otra vive en un círculo viciosos.
Y el problema de esto que nos genera sesgo porque a la hora de preguntarnos que tanto puede hacer alguien tomamos como ejemplo a la persona que ya tiene todas esas ventajas estructurales, y esto no debe ser un estándar para el desempeño y, pero, si estas personas se nos van entonces ponen en riesgo la productividad.
Por eso el trabajo en equipo es un mecanismo no solo de maximizar la productividad conjunta, sino de gestión de riesgo que disminuye la dependencia de la productividad en pocos elementos.
Es preferible tener 3 personas que vendan 500 mil dólares al mes a tener una que venda un millón y dos que solo logren vender 100 mil dólares. Pero, insisto, el sesgo nos dirá que el primero debe ser un estándar sin considerar sus ventajas competitivas difíciles de distribuir por igual y los demás están mal.
El trabajo en equipo se caracteriza por lo siguiente:
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1. Objetivo común
La existencia de un objetivo en común, a veces que se subdivide en otro más específicos, es el sentido de ser de cualquier equipo de trabajo, pues unifica los intereses de sus miembros y estabule un rumbo hacia el que avanzar en unidad.
Los KPI’s u OKR’s de áreas son importantes, entre otras cosas, por ese motivo, porque genera conciencia en los miembros de la organización sobre como su trabajo contribuye en lograr un objetivo más grande, pero, sobre todo, ven en el compañero como alguien con quien comparten propósito.
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2. Sentido de pertenencia
Esto se genera gracias a varios elementos entre los que se encuentra el objetivo del que se habló antes. Pero también cuando hay un marco de valores, principios y políticas que la empresa puede formalizar, dará conocer y procurar a través de sus líderes.
Pero sobre todo la identidad juega un papel importante, el hecho de poder identificarse con algo puede lograr una gran integración, pero tengamos cuidado en no confundir la empresa con la familia o el grupo de amigos, démosle un sentido distinto, pero no por ello significa que no podemos alcanzar altos niveles de identidad y sabes que vas por buen camino cuando tus colaboradores se sienten orgullosos de trabajar en tu empresa.
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3. Respaldo y confianza
Cuando los miembros de un equipo sienten respaldo y confianza en sus compañeros entonces suelen salir de esa esfera llamada individualidad, a veces para preguntar algo, pedir ayuda ante un problema o simplemente sentirse seguros a la hora de desempeñar su trabajo.
Cuando te sientes en un entorno en el que sientes seguridad y confianza tu trabajo tiende a ser mejor que cuando todo el tiempo tenemos que estar cuidándonos o dudamos de nosotros mismos.
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4. Participación
Si contamos con los elementos anteriores las personas no van a dudar en participar en tareas colectivas, en respaldar o apoyar a sus compañeros en medida de sus posibilidades. Pero hay que procurar que las personas se sientan útiles y sientan que su ayuda vale, esto es un motivador y genera proactividad.
En cambio, aunque las personas sepan que pueden solucionar algo, si no se les reconoce o sienten que su ayuda no abona, es probable que se queden encerrados en su esfera y se enfoquen a los suyo.
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5. Organización
Esta tiene que ver mucho con liderazgo, no solo el liderazgo vertical del jefe, sino el liderazgo horizontal que surge entre los miembros que conforman al equipo.
Una buena organización considera cierto orden en los procesos de trabajo, una correcta distribución de las cargas de trabajo de acorde a las responsabilidades del puesto y las competencias y sobre todo a un comunicación abierta y eficaz.
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6. Comunicación
Finalmente, la piedra angular de un buen equipo de trabajo es la comunicación, pues a partir de ella se cierra el círculo virtuoso del trabajo en equipo. Para que exista una buena comunicación debe haber canales formales y los canales informales deben estar revestidos de principios y valores, pero sobre todo de respeto.
El saber pedir ayuda, dar una instrucción o un buen feedback pueden hacer la diferencia entre una organización y un grupo de personas que trabajan de manera individual.
Conclusión
Hay otros elementos que pueden caracterizar un buen equipo de trabajo, como los valores que les identifican, el nivel de cohesión ante un problema, etc. Pero al final con base en la experiencia estos elementos funcionan como un común denominador.
Ahora, con base en esto cuestionémonos si nuestros equipos de trabajo cuentan con estos elementos antes de pasar al siguiente nivel que es llevarlos a la excelencia.
Porque un buen equipo de trabajo va a ser productivo y alcanzar objetivos en medida en que lo dotemos de insumos, liderazgo y un proceso de trabajo efectivo y sobre esto hablaremos más adelante, pero antes revisemos si estamos preparados.