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Organigramas: Guía Completa para Entender y Diseñar tu Organización
Alejandro González
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Noviembre 21, 2024

Organigramas: Guía Completa para Entender y Diseñar tu Organización

En el vasto mundo de las organizaciones, donde cada pieza juega un papel crucial para el éxito colectivo, entender la estructura interna puede ser tan vital como la visión empresarial misma.

¿Alguna vez te has preguntado cómo una empresa orquesta sus operaciones diarias? ¿Cómo sabe cada miembro su rol y su lugar en el gran esquema corporativo? La respuesta a estas preguntas radica en una herramienta indispensable: el organigrama.

¿Qué es un organigrama y en qué consiste?

Un organigrama es la representación gráfica o escrita de la estructura organizacional de una empresa. En él se expresan los puestos de trabajo, las jerarquías y las áreas o departamentos en que se agrupan las personas y equipos de trabajo.

Claro esta definición se puede quedar corta cuando se exploran sus distintas aplicaciones y las estructuras organizacionales que representan.

Existen organigramas muy complejos resultado de toda una historia de operaciones, estrategias y crecimiento, por lo general en empresas con muchos años de existencia o que han experimentado un alto crecimiento.

Aunque unos identifican como el primer organigrama moderno el de Daniel McCallum (1815-1878) para una empresa de ferrocarriles. Ya desde la Edad Media existen representaciones gráficas de las jerarquías en la manera en que se organizaba la sociedad, la nobleza o los ejércitos.

No obstante, tras la consolidación de las empresas modernas en el siglo XIX, fue en el siglo XX y las dos décadas del siglo XXI cuando estos comenzaron a ser parte fundamental de la estrategia de las empresas con el fin de tener un mapa para visualizar el recurso humano con el que se cuenta y como está predispuesto.

¿Para qué sirve un organigrama?

Un organigrama sirve para tener una visión general de cómo se estructura una organización o, al menos, de cómo se debería estructurar. Es por ello que el organigrama brinda un parámetro de organización que indica el deber ser de la misma y que ayuda a mantener orden en la manera en que interactúan las personas, se legitiman los liderazgos y se identifican los colaboradores con sus puestos de trabajo y roles, además de formalizar todo lo anterior.

En niveles ejecutivos y estratégicos la utilidad del organigrama radica en la congruencia que hay en este con los procesos de trabajo y los objetivo a alcanzar.

Esto significa que la forma en que se estructura la empresa debe facilitar los procesos de trabajo, la comunicación y el liderazgo, lo que hace al organigrama dependiente de estos.

Cuando hay un cambio en los objetivos o una actualización en los procesos siempre habrá que preguntarse si el organigrama responde a ellos y de no ser así adecuarlo para que lo haga.

Para los mandos medios, el organigrama ayuda a ubicar e identificar sus equipos de trabajo, clientes internos o áreas alimentadoras a su proceso.

Además de que ayuda a validar y formalizar su liderazgo, lo cual es muy importante en equipos dónde los procesos implican relación con múltiples actores internos o externos.

En niveles operativos el organigrama sirve para dotar de identidad a las personas en cuanto al puesto de trabajo y rol que desempeñan en la empresa, además de ubicar a sus líderes y pares, a fin de evitar conflictos organizacionales, de comunicación o liderazgo.

¿Cuáles son los tipos de organigrama que existen?

Existen diversos tipos de organigramas y su diseño suele depender de las necesidades organizacionales que atiende. Podemos encontrar 4 principales tipos; Organigrama Vertical o Jerárquico, Organigrama Horizontal o plano, Matricial y Circular.

Sin embargo, por su diseño, forma de representación o por las particularidades de cada organización estos pueden variar en un sinfín de versiones.

¿Cómo diseñar un organigrama?

Antes de diseñar un organigrama eficiente habrá que representar el organigrama que ya existe de facto en la empresa, a fin de establecer un punto “A” de inicio, para posteriormente y diseñar el organigrama estratégicamente deseado como un punto “B” al que se quiera llegar.

Teniendo en cuenta lo anterior podemos hacer lo siguiente:

Errores a evitar

Un error muy común a la hora de diseñar un organigrama es no tomar en cuenta las realidades operativas de la empresa, tales procesos de trabajo, interacciones o la forma en la que naturalmente la empresa se ha organizado.

Si bien el diseño de un organigrama se presenta como una oportunidad para pulir de errores y vicios organizacionales la estructura de la empresa, este no puede ser ajeno a los procesos de trabajo existentes.

Salvo que exista un proyecto de gestión del cambio en el que se pretendan establecer nuevos procesos lo cual debe ser meticulosamente planeado y ejecutado.

Es frecuente encontrar organigramas que fueron diseñados a partir de los ejemplos que brindan otras empresas y aunque estás puedan ser un referente en su ramo, exportar el diseño estructural de una organización sin tomar en cuenta lo antes mencionado y su cultura de trabajo es forzar a que toda la organización quepa en algo que simplemente está diseñado para otra realidad operativa y organizacional.

Para finalizar

En resumen, un organigrama no es solo una representación gráfica de la estructura de una organización, sino una herramienta vital para entender y optimizar las relaciones y procesos dentro de la empresa.

El tipo de organigrama que se elija debe reflejar las necesidades y cultura específicas de la organización, permitiendo así una mejor alineación con los objetivos estratégicos.

>Diseñar un organigrama eficiente requiere una comprensión profunda de la realidad operativa de la empresa y, al mismo tiempo, una visión clara de hacia dónde se quiere llegar.

En última instancia, un organigrama bien elaborado facilita la comunicación, mejora la eficiencia y fortalece la cohesión organizacional, contribuyendo al éxito y crecimiento sostenido de la empresa.

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